Una de las amenazas del mundo digital es el control digital de la pareja en redes sociales y dispositivos móviles. El control es una forma de violencia que está muy aceptada en nuestra sociedad.
Acciones como revisar las conversaciones privadas de la pareja, pedir las contraseñas de las cuentas en redes sociales, instalar herramientas de vigilancia en su móvil, exigirle estar disponible las 24 horas y contestar los mensajes al instante, pedir pruebas de dónde está, con quién o de la ropa que se va a poner son algunos ejemplos de este tipo de control.
Además, el acoso se produce en ambas direcciones de la pareja. Comportamientos que tradicionalmente se daban desde el lado masculino contra el femenino, ahora se dan desde el masculino al femenino, del femenino al masculino, del masculino a masculino y del femenino al femenino en función del tipo de pareja. Es decir, todo el mundo controla a todo el mundo. Así, actitudes que han existido siempre pasan a ser protagonistas y son aceptadas en el mundo digital.
Esta amenaza se agrava especialmente entre las parejas más jóvenes, cuya mayoría asocia el amor con el control y los celos.
Las actitudes tradicionales de control en las parejas se han trasladado al mundo digital
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